ENTREVISTA
Sotelo: “Nos está resultando muy difícil lograr una mejora sustancial del rating”
En entrevista, el director del Secan sostuvo que “en ninguna otra política pública hay tal nivel de improvisación y falta de rigor como con los medios públicos”
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Gerardo Sotelo dejó los medios para abocarse a la política, y la política no tardó en devolverlo a los medios. El experiodista, ahora en el Partido Independiente, dice estar “distante” de la actividad partidaria para cuidar la institucionalidad, pero eso no lo frena de lanzar interpretaciones -como por décadas supo hacerlo ante los micrófonos- que hoy son eminentemente políticas.
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Sotelo admite que “está resultando muy difícil lograr una mejora sustancial del rating”, pese a que en un inicio lo planteó como uno de sus desvelos para Canal 5. El director del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (Secan) sostiene que los medios públicos “son como los parientes pobres” de la sociedad uruguaya, insiste en que no deben depender del Poder Ejecutivo y pone sus esperanzas en que se destrabe la negociación oficialista por la ley de medios.
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Sotelo afirma que “la derecha totalitaria no existe en Uruguay” y que para encontrar expresiones radicales “hay que buscar en la oposición”, al tiempo que concluye que el gobierno de Luis Lacalle Pou “claramente no es de derecha, ni conservador”.
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Tiene más de dos años en el Secan, y más de tres en la política. ¿Cómo la lleva?
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Sigo siendo parte del Partido Independiente, pero con un vínculo un poco distante. Aunque la Constitución no me lo impida, entendimos con el presidente y el ministro (Pablo Da Silveira) que el cargo debía ejercerse fuera de connotaciones partidarias. Es un cargo muy político, pero que tenés que administrar de forma independiente, en algunos casos contraria a los intereses partidarios. Eso obliga a mantenerse distante de las decisiones de redacción y de la actividad partidaria.
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Dejó los medios para dedicarse a la política y...
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Y me tiraron de cabeza de vuelta a los medios. Tengo una enorme gratitud con empresarios de medios y colegas, fue mi vida, pero la verdad que no extraño estar sentado en un estudio de radio y televisión. En algún momento sentí lo mismo que por el cigarro, como un flashback que viene cada tanto. Cuando salió al aire "Periodistas" por primera vez, fui al estudio a saludar. En los 20 minutos previos siempre hay tensión, yo llegué con cara de feliz cumpleaños y me sentí que no tenía nada que hacer ahí, y que nadie me venía a poner el micrófono. Para mí la campaña del 2019 fue muy desafiante, me sentí en terreno desconocido, estaba del otro lado de los micrófonos.
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¿Tiene más responsabilidad hablando como político que como periodista?
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Como periodista respondés por vos, y si hay una macana grande pagarás con tu trabajo. Cuando estás al frente de una institución pública, estás en un engranaje en que tus macanas tienen otro tipo de repercusiones. Le podés generar "externalidades negativas" a tu partido, tu coalición, el ministro, el presidente, todo un proyecto político.
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Al ingresar rescindió más de 40 contratos bajo el argumento de que era "pésimo" el nivel de rating, y apostaron por gente nueva. Pero hoy Canal 5 es el menos visto de los canales de aire.
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Esa fue una decisión muy dura pero muy necesaria. Hoy nos permite una organización mucho más parecida a las características de esta industria y las demandas del público. Había asuntos positivos, aunque estábamos muy desactualizados en el desarrollo de medios digitales y la asignación de recursos. De 210 contratos, teníamos 150 asignados a hacer radio en formato tradicional. Hoy tenés un portal que se potencia con cada vez más tráfico, generamos contenidos específicos para las plataformas y tenemos radios muy pujantes. Si bien ha aumentado la audiencia del canal y ha mejorado la reputación, nos está resultando muy difícil lograr una mejora sustancial del rating. Por la pandemia y por el vencimiento de contratos en diciembre del 2020, pudimos estrenar la programación nueva de Radio Uruguay en febrero del 2021. Y la programación nueva del canal recién llegó en agosto. Nos fue muy bien con los juegos olímpicos, pero nos sigue costando mucho mejorar en audiencias.
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¿Por qué? Se lo habían planteado como un objetivo.
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Todo lo que hacemos apunta a eso, y en muchos horarios mejoramos sensiblemente. Pero no nos resultan para nada satisfactorios los niveles de audiencia, y va a haber cambios en horarios clave para apuntalar el prime time
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¿Por qué le parece que TV Ciudad, en esencia un medio público mucho más pequeño, marca tanto más la agenda?
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No hablo de lo que hacen otros colegas. Marcar agenda nunca fue nuestro objetivo. Esa es la expresión de la vanidad de los periodistas, que tienen que cubrir de forma profesional y rigurosa los hechos de la realidad. Estará muy bien decirlo frente al espejo, la vieja, o la novia, pero hay que darle a la gente lo que necesita. Como medios públicos, eso es satisfacer el interés público, ofrecer información de calidad, oportuna.
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Se cambió el diseño de los medios públicos, con un sol similar al de Presidencia de la República. Lo mismo se le criticó a TV Ciudad con el verde de la intendencia.
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El sol es el mismo de la bandera. Nos ocupamos de que toda nuestra identidad corporativa transmita una identidad integral. Tenemos una relación de distancia cordial con presidencia y el ministerio. El propio ministro (Pablo Da Silveira) dijo en el Parlamento que los medios públicos no deben estar en el control del Poder Ejecutivo.
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Quien dirija al medio y defina la línea editorial seguirá siendo alguien designado por el gobierno.
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Está bien, siempre tiene que haber una autoridad política al frente. Pero no está bien el status histórico porque, si ocurriera, tendría que obedecer lo que el presidente o el ministro me digan. Ellos me podrían dar la orden de a quién entrevistar, pero no deben, ni lo hacen. Vas a tener un directorio que no designe el presidente, como los de Ancap, UTE y OSE, y como se va a tener que buscar consenso para las mayorías especiales, sería deseable que haya un director de la oposición. Es casi un calco de lo que hoy está en la ley de medios.
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Pero está trancada en comisión y sigue sin salir.
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Pero no por este tema. Hay una interna de la coalición que excede mis competencias. Yo quiero seguir adelante, en los próximos días vamos a enviar la nueva guía a los tres sindicatos de la casa para que hagan sus consideraciones.
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La guía no va a ser vinculante. Es de buena fe...
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Pero si yo digo que tenemos que cubrir con imparcialidad pero para cierto tema solo hablamos con gente del gobierno, estoy cometiendo una falta. Eso me hace motivo de reproche institucional y político. Ya no se acepta más en el mundo democrático que se usen los programas para beneficiar a este o aquel.
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Su último intento fue ser suplente de Laura Raffo a la intendencia. ¿Cuáles son sus aspiraciones política?
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Diría lo que todos los malos políticos dicen: no tengo aspiraciones políticas (risas). La campaña electoral está muy lejos, pero ya empezás a percibir nombres y reuniones políticas. Falta la mitad de la gestión. Para hacer actividades partidarias y proselitistas, yo tengo que renunciar a este cargo.
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¿El Partido Independiente está cómodo en la coalición?
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Sí. Recordemos que la coalición surgió con Lacalle llamando uno por uno a los partidos para acordar un menú distinto para la segunda vuelta. Luego no ha habido grandes contratiempos, pasamos años durísimos de pandemia.
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En la campaña insistieron en un discurso del PI como contrapeso de Cabildo Abierto, que podía llegar a ser "la extrema derecha". ¿Pasó?
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Ojo con la "extrema derecha" o la "extrema izquierda", porque es engañoso. No creo en la acción lineal de la política, respeto que la gente se sienta cómoda diciéndose de un lado o del otro, pero me parece una reducción barbárica de realidades multidimensionales. Sí encontramos una coalición de gobierno con sectores progresistas y conservadores. La derecha ha tenido ideas conservadoras, pero ha generado transformaciones muy importantes, y lo mismo la izquierda. La derecha totalitaria no existe en el Uruguay, por lo que el partido del extremo en la coalición es perfectamente democrático. Para encontrar un sector revolucionario, violento, o que quiera reducir la democracia a colectivos basados en cuestiones de clase, hay que buscar en la oposición. Disentimos y coincidimos en el gobierno, pero tenemos el compromiso programático. Probablemente se reedite esta coalición.
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¿El Partido Independiente es progresista?
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Sin duda. Es un pequeño frente de socialdemócratas, socialcristianos y liberales igualitarios. Yo me siento más identificado con estos últimos. No concibo la acción política en partidos ideológicos, sino no hay manera de articular. Tienen un componente de eso, pero luego son policlasistas, incorporan otras ideas, por lo menos los no dogmáticos. Convivimos en absoluta armonía gente de distintos sectores, aunque cada vez percibo más compañeros con una postura más liberal en el sentido doctrinario. Este gobierno claramente no es de derecha, conservador, y no encontramos razón alguna para no estar cómodos.
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